martes, 7 de abril de 2015

SEMANA 9

SEMANA 9
MARZO 9 - MARZO 13

"No me amenaces (La tierra)" 

El fantasma de la sed


Hace muchos años, si uno iba a un restaurante y pedía un vaso de agua se lo regalaban. Hoy día le traen una botella que vale lo mismo, o a veces más que una gaseosa o un vaso de leche.
Ese detalle, que en principio no parece tener mayor trascendencia, es uno de los tantos indicadores de la importancia que comienza a cobrar el tema del agua potable del mundo.
El que hasta muy poco tiempo era visto como un "recurso natural renovable", es decir, ilimitado, hoy día es una de las principales preocupaciones de un planeta que comienza a padecer más y más el fantasma de la sed.
El problema del agua es muy sencillo: en la tierra no hay dulce disponible para tanta gente, es decir, los más de seis mil millones de habitantes del planeta.  Además el agua disponible está mal distribuida o contaminada por labores agropecuarias e industriales.  casi una cuarta parte de la población mundial carece de agua potable y la mitad de esta población no cuenta con las condiciones mínimas de salubridad.  En el caso de Colombia los datos también son alarmantes.  Hace una década y media se consideraba que Colombia era el cuarto país más rico en recursos hídricos, algo así como un milagro de la creación si se tiene en cuenta el tamaño del país con respecto a naciones como Rusia, China, Canadá, Estados Unidos o Brasil.  Sin embargo, los expertos han revaluado este concepto en los últimos tiempos y ahora Colombia, a raíz de la creciente escasez de agua en diferentes regiones ocupa un puesto secundario en la lista.
Cada día son más los municipios del país que presentan problemas de suministro de agua potable.  La principal causa de este desbalance, que es una serie amenaza no sólo para los habitantes de estas zonas sino para la economía del país, es la deforestación de los bosques andinos de los páramos.
Resulta que el ciclo del agua es sencillo.  Los bosques andinos, compuestos por gran cantidad de especies de árboles y plantas menores, a diferencia de las plantaciones forestales de pino y eucalipto, tienen la capacidad de condensar la humedad que arrastra el aire y la almacena en musgo y otras plantas.  Es decir, captan mucho más que el agua de lluvia.  En épocas de invierno recogen y almacenan los excedentes de agua, que siguen alimentando a quebradas y ríos en las épocas y ríos.  Además, protegen el suelo de  los impactos.  La destrucción de bosques andinos y páramos a nombre del progreso y la agricultura han desequilibrado al país que recibe menos calidad de agua, más contaminada y más fumigada por la mano humana.
Por este motivo, ahorrar agua no sólo tiene que ver con su bolsillo sino que tiene que ver con su propia vida y la del futuro de un país amenazado por el fantasma de la sed.


  • Examen de periodo.
  • Revisión del examen.

1 comentario:

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